“Él no puso un peso para lo que yo construí. Es todo fruto de mi esfuerzo, porque a mí nadie me regaló nada. Hace 23 años que trabajo, no tengo nada que ocultar y es todo mérito mío”, asegura. Dispuesta a recuperarlo todo, cuenta su agonía y resurrección, cómo fue que perdió el control de su vida y cómo se animó a salir del infierno
Por María Laura Santillán