Entrevista a Julieta Cardinali
“No soy fácil”
Los aros son el objeto que eligió y la charla empieza inevitablemente con su mama. Su mama amada ausente y presente al mismo tiempo. El recuerdo nos abre la puerta a la intimidad de Julieta.
¿Cuánto hace que murió tu mamá?
Hace siete años.
¿Y usás su ropa?
Sí, mucho. Uso mucha ropa de mi mamá y me hace bien. Que estén en uso quiere decir que sigue acá y en el aire. A mi tía, la hermana de ella, le di muchas cosas de mi mamá con la misma filosofía, que la tenga un poco más cerca, pero ella no puede abrir ni el placard. No las usa. A mí me da placer, me da alegría.
¿Es para tenerla presente?
Sí, además de que tenía muy buen gusto. Hay otras cosas que no puedo hacer, pero usar las cosas de ella me hace bien.
¿Qué es lo que no podés hacer?
Ir a su casa. Eso me cuesta más. Voy, lo hago, pero me hace mal.
La extrañas mucho.
Profundamente. Cuando falleció mi mamá una amiga me dijo “no se acaba nunca el dolor, no es un dolor que se termine, es como si te cortaran un brazo, te acostumbrás a vivir sin el brazo pero cada vez que mirás, el brazo no está”. Y es tal cual, no es algo que superás, la muerte de mi mamá no la supero, me acostumbré.
¿Es para siempre?
Sí, uno aprende a vivir con ese duelo para que no te esté dañando constantemente, si no enloquecés.
Tenés un hermano y podés compartir el dolor.
Sí, Luciano. Mi hermano y yo éramos muy pegados a mi mamá, somos muy unidos.
Charo es única hija. ¿Pensás en tener otro hijo?
Ella tiene unos primos fabulosos y amigas divinas. Otro hijo no sé (risas). Tengo sentimientos encontradísimos. Pasan los años, más fiaca me da. Charo tiene nueve años y yo ya duermo toda la noche hace miles de años, no sé si estoy para eso de nuevo. Siempre veía a la gente que tiene a los bebés todos juntitos y ahora entiendo, se los tiene juntos. (Risas)
Sos mamá súper presente, digamos omnipresente. ¿Será porque viven solas, sin el papá?
Sí, yo no hablo de eso porque es la vida privada de ella. Soy muy mamá y yo tuve una muy mamá también y no sé ser de otra manera. Mis amigas me dicen que la deje en paz. El otro día se iba a un intercambio de hockey y yo le decía “abrochate la campera, no te abrochaste la campera” y ella me miró y me dijo “mamá que sobreprotectora que sos”. (Risas) Supongo que cuando te separás, naturalmente abarcás más.
¿Novio?
No, no sigo de novia. Hace unos meses nos separamos. Estuve cuatro años.
¿Se terminó?
No lo sé, a seis meses no puedo decir que es algo definitivo.
¿Y cómo lo llevas?
Bien, yo sé muy bien estar sola. Sacando la tristeza de cuando uno se separa, no sufro tanto sola. No estoy con nadie por soledad, eso sí sé. (Risas) Vivo sola desde que tengo veintiún años y trabajo desde que tengo trece. Estoy bien. Estoy tranquila.
¿Existe en tu fantasía encontrar un hombre y envejecer juntos?
Sí, siempre tuve esa fantasía, no se me estaría dando, (risas) pero apuesto a un compañero de vida. Como sé estar sola, también me gusta compartir. Yo no soy fácil, lo sé. Tengo un carácter difícil.
¿A qué llamás difícil?
Soy bastante cambiante, ciclotímica. Depende de la personalidad que tengas enfrente, la culpa siempre la tiene el otro (risas) Hay personalidades explosivas con las que choco.
¿Y ante una personalidad tranquila?
La paso por arriba con una topadora (risas) No hay mucha opción entonces.
Entonces me quedaré sola (risas) Si supiera lo que quiero y lo que necesito, sería fácil. Sí sé que me gustaría compartir la vida con alguien, pero no me apuro. No busco pareja. Tengo amigas que me quieren presentar amigos y yo no quiero nada de eso.
Un político, ahora se lleva. Político y actriz.
Sí (risas). ¿Por qué? Si pensás mal es porque son populares, y llegan a la gente. Te empiezan a mirar como algo atractivo. Les gusta ese mundo, las fotos.
¿Tienen algo en común tus amores?
Siempre fueron más grandes que yo. Después de mi primer novio, entre diez y quince años.
¿En la fantasía los hombres más grandes son más maduros?
Es que al haber trabajado de tan chica tengo una vida armada. Cuando tenía veintitrés años yo ya tenía mi casa y me la había comprado yo.
¿Sos amiga de tus ex?
De algunos sí y otros no. Los que se merecen mi amistad, la tienen (risas)
¿A quién se parece tu hija Charo?
A mí, pero como soy ahora. A los nueve años no era como Charito, yo era mucho más introvertida.
¿Chocan, discuten?
Sí. Ella tiene mucha personalidad y yo soy exigente.
Muchos actores están definidos políticamente. ¿Cómo te manejás con la grieta?
Hay bandos, tengo colegas que están de un lado y del otro. Yo me siento en el medio y tengo colegas que están igual que yo.
¿Hay un medio?
Sí, yo nunca fui a un acto político del gobierno anterior y tampoco a ninguna marcha; estuve de acuerdo con algunas políticas y con otras no. No voté a este gobierno, pero no estoy en contra. Es parte de la grieta poner a la gente de un lado o del otro. Hay mucho respeto entre los colegas. Algunos apoyan más fervientemente al kirchnerismo, otros están del otro lado, pero me parece que hay que bajar un cambio, no puede ser un River vs. Boca. A mí me da bronca, por ejemplo, cuando dicen que todos los que actuaron en las series del INCAA son ladrones. Es una vergüenza todo lo que salió a la luz, pero también hay grandes actores que son señalados injustamente.
Estás en todos lados, estás en canal 13, en la tv pública, vas a estrenar una película.
Lo que pasa con la tevé es que es de una popularidad impresionante. Se me juntó Ultimátum, que hicimos el año pasado, con la novela. Y en noviembre se estrena la película de terror de la que soy protagonista. Son tres géneros totalmente distintos, un culebronazo que es Los ricos no piden permiso, una sitcom de media hora, y la película de terror.
Un culebrón en el que sos mala otra vez.
Sí, pero con esta mala no me odiaron, di lástima porque sufrió por amor. Y Camila de Farsantes generó un amor increíble que para mí fue divino.
¿Te vienen tocando historias de locura?
Sí, a mí me divierte. Si sos mala podés ser malísima, inescrupulosa, el culebrón tiene una fantasía increíble. La otra vez Charo fue al canal y estaba Araceli González y la saluda con mucho cariño y me dice “¿es re buena de verdad la maestra?” (risas). A la novela le va bien porque no quiere ser otra cosa, es pasar bien el rato viendo historias de amor y desamor.
¿Te quedó tiempo para seguir diseñando?
Sí, siempre que puedo lo hago. Estoy preparando Invierno 2017 y me fascina. Para invierno mi disparador va a ser el punk. Escuchamos las tendencias pero mi línea cápsula no va con la tendencia. Son pocas prendas y mi premisa es “¿yo me lo pondría?”. Miro revistas, blogs de moda, Pinterest, todo lo que hay para consumir, lo consumo.
¿Es como una vida paralela?
Sí y necesaria.