Entrevista a Silvia Lospennato
Silvia Lospennato: “Las mujeres somos ciudadanas de segunda”
Difícil que Silvia encuentre un rato para sentarse a conversar tranquilamente, fuera de su agenda de trabajo. Esta mujer, que nos conmovió con sus palabras en su discurso en el Congreso, no para un minuto hasta la noche. Nuestra charla empieza a las 22 30.
Hasta el debate sobre el aborto legal mucha gente no te conocía. ¿Es diferente tu vida desde esa discusión?
Sí, fue un conocimiento masivo del cual no tuve consciencia en el momento. De otro modo, no me hubiese animado al cierre del debate en la Cámara de Diputados. Para mí era mucha responsabilidad.
¿Por qué?
Porque esa noche fue un sube y baja emocional: que ganábamos, que perdíamos, que nos faltaban dos votos…. Hice un discurso optimista, me dije: “si no nos vamos a llevar la ley, entonces nos vamos a llevar el discurso y la reivindicación”. Y lo escribí en el momento. Hoy hubiese dicho las mismas cosas.
Terminaste tus palabras llorando.
Sí, porque lo que venía a final del discurso era una lista de mujeres que nos habían llevado hasta ese momento histórico de la democracia argentina, era muy injusto no nombrarlas. Estábamos ahí por la construcción de muchos más y me quebré definitivamente cuando nombré a mis hijas, que para todas las madres son el punto de quiebre emocional, ¿no?.
¿En relación a esta ley?
En relación a cualquier ley, pero como mamá de hijas mujeres siento el doble de responsabilidad que cualquier otra persona. Uno no quiere que una hija viva en una sociedad tan desigual, que tenga tantos problemas para acceder a los trabajos, que cuando accede a un trabajo le exijan el doble por ser mujer o le paguen la mitad de lo que merece. Estas son las luchas que nos quedan por dar. Mi hija de 11 años me acompañó, se empañueló, así que era por mis hijas y las hijas de todos y sí, fue el momento que me emocionó más.
¿Hay un antes y un después de esta discusión?
Sí, para mí pero también para la ciudadanía, para los argentinos. No hablábamos del aborto. Sacamos de abajo de la alfombra un tema del que no se podía hablar en ningún lado. Toda esa transformación la hicimos las mujeres en las calles, en las escuelas. La identificación, el pañuelo. Me emociona ver a la chicas aún hoy con pañuelos atados en las mochilas.
Pasó el debate pero tus uñas siguen pintadas de verde, cuelga de tu cuello un corazón verde. ¿Por qué?
Creo que el debate no pasó. Hay que seguir hablando de la educación sexual para decidir y de los anticonceptivos para no abortar. Es una lucha permanente en las provincias y no se aplican ni la ILE (Protocolo para la interrupción legal del embarazo), que está regulada desde 1921. Todavía sigue habiendo amparos y sigue habiendo niñas violadas y abusadas que no acceden a la interrupción legal del embarazo.
Hay distritos del país en los que no se cumple el protocolo obligatorio.
Exactamente, no hay educación en las escuelas, no hay acceso a la anticoncepción. La misma semana que se rechazó el proyecto murieron dos mujeres más por aborto clandestino. Siguen muriendo. No vamos a abandonar esto porque hayamos perdido. Todas nos tenemos que comprometer para que se cumpla en las provincias y hay que denunciar, si no se cumple. Tenemos que estar ahí y exigirles a los funcionarios públicos el cumplimiento de las leyes vigentes. Hoy hay conciencia social y tenemos que aprovecharlo.
¿Por qué suponés que tantos senadores no tienen en cuenta el tema de los derechos de las mujeres?
Lamentablemente, la perspectiva de muchos senadores es una construcción social. Hemos escuchado en ese debate una cantidad de cosas llamativas, y estereotipadas. Las mujeres somos ciudadanas de segunda y tenemos una obligación, que nos tutela el Estado, que es la de la maternidad, consagrada en el Código Penal. Es llamativo que esto no llame la atención, porque uno lo podía justificar en 1921… Y así y todo se dejaron en ese momento las causales de excepción, que son las que hoy se permiten. Hoy podemos elegir en qué momento ser madres… Los senadores siguen con la idea de una legislación de hace un siglo. Tenemos una oportunidad: renovamos senadores el año que viene.
Entender y hacer entender que tenemos derecho sobre nuestro cuerpo… Increíblemente hay que seguir explicándolo.
Sin duda que lo profundo es el derecho de la autonomía de los cuerpos de las mujeres. Por eso es tan importante que hayamos dado el debate. Porque el debate es por la decisión de los proyectos de vida y de desarrollo de las mujeres. Porque la maternidad es hoy la mayor penalización del mercado laboral para las mujeres. El 15% de los nacimientos son de mamás menores de 19 años; niñas adolescentes a las que se les afecta su vida para siempre, por ejemplo. La discusión detrás del aborto y de los derechos sobre nuestros cuerpos tiene un significado muy profundo sobre todo el resto de los derechos.
Los que elegimos decir públicamente que estamos a favor del aborto recibimos todo tipo de insultos, incluso el de asesinas. ¿Contestás a los que insultan?
Intento no contestar. Cuando el insulto es el de asesina, sí contesto. Lo único que podemos salvar es la vida de la mujer porque cuando la decisión está tomada, el Estado ya no puede hacer nada, lo que sí puede hacer el Estado es evitar que esa mujer muera.
¿Se generó una confusión deliberada cuando hablaron de las dos vidas?
El slogan es una gran mentira, no hay dos vidas para salvar, solo la vida de la mujer, la otra no depende del Estado, depende de decisiones individuales. Nos pusieron del lado de la muerte, fueron bastante inteligentes, tuvieron una buena campaña de comunicación: debemos reconocer eso, nos copiaron todo, los pañuelos, las linternas…Hubo muchos recursos, gente de comunicación. Fueron bastante efectivos en confundir a la ciudadanía. Todavía hay hoy gente que me dice: “Silvia, yo estoy a favor de que se despenalice, pero a mí no me gustaba que esta ley obligaba a los médicos”.Y yo contestaba: “¿pero cómo obligaba? Tuvo la objeción de consciencia desde el primer día”. Se instaló que la ley obligaba, cuando era una ley de derechos y libertades. Hubo mentiras muy sostenidas. Todos los argumentos por la inconstitucionalidad son absolutamente falsos: la constitucionalidad ya está resuelta desde 1921. Y además está interpretado por la Corte en el año 2012.
Macri instaló el debate en el Congreso. Dijo también que había que pensar en los derechos de las mujeres. ¿Qué piensa entonces del aborto el Presidente?
Sólo lo puede responder él, pero el Presidente tiene una agenda de género real, una agenda que trabaja desde muchos planos. Se le exige mucho al Poder Ejecutivo cuando somos los legisladores los que debemos ocuparnos.
Agradecimiento: Narda Comedor.